El mundo se está revelando, está dejando ver el lado oscuro causado por la falta de cuidado, y respeto hacia él, durante tantos años seguidos. AHORA estamos en el momento preciso para empezar a cuidar nuestro mejor patrimonio: LA NATURALEZA.
Hay factores que ya no podemos controlar, como los “efectos secundarios” de la acción humana. Éstos nos otorgan olas de calor imprevistas, inundaciones, incendios incontrolables, extinción de especies, contaminación del aire, dificultad en la depuración del agua, entre muchas otras casuísticas.
Las sociedades toman iniciativas como las energías renovables, las viviendas ecológicas, los vehículos híbridos y eléctricos, etc. Pero ¿qué pasa con el aire? Nos ponen limitaciones de velocidades por matriculación, nos invitan a coger el transporte público, y cientos de acciones que no son suficientes para limpiar el aire que respiramos.
¿DÓNDE ENCONTRAMOS EL AIRE MÁS CONTAMINADO?
El traslado de la primera residencia a zonas rurales, se ha incrementado considerablemente desde el comienzo de la pandemia, y seguirá subiendo. Las casas de los pueblos son el punto de partida para encontrar un espacio más libre de contaminantes atmosféricos, así como lugares en los que poder trabajar agricultura y ganadería para uso familiar, evitando el consumo de alimentos precocinados que fomentan dietas sin fundamento.
Pero, ¿qué pasa con los miles de personas que permanecen en ciudades en los que los niveles de contaminación son los más elevados? Generalmente, somos conocedores de conceptos como el oxígeno, nitrógeno, CO2 y vapor de agua, pero ignoramos el efecto tóxico e irreversible al estar expuestos a estas partículas en suspensión diariamente, ya que su agresividad varía en función de su origen, tamaño y naturaleza.
Las partículas pueden ser de origen natural (polvo, polen), o de origen antropogénico o humano (combustiones, actividad industrial, cemento).
¿QUÉ ENFERMEDADES PUEDEN PRODUCIR?
Afectan principalmente a nuestro sistema respiratorio. Contra más pequeña sea la partícula contaminante, mayor es el riesgo para la salud. Hay que tener en cuenta que se miden en micras, y que son como gotas de agua microscópicas.
Las más grandes no afectan a nuestro sistema inmunológico porque son “filtradas” al entrar en contacto con el cuerpo y se retienen antes de llegar a las vías respiratorias (mediante nariz y garganta), las medianas logran acceder hasta los pulmones y sus ramificaciones, y las más pequeñas entran directamente a la sangre porque no se ha podido evitar su llegada en este largo recorrido.
La traducción de estas micras es: incremento de alergias, problemas cardiovasculares, cáncer de pulmón, ictus, etc.
¿CÓMO REDUCIR SU PRESENCIA?
Abrir las ventanas es muy importante para que el aire se renueve, eso estamos cansados de escucharlo, pero también podemos filtrar este aire que entra en casa, mejorando las partículas que contiene y la temperatura a la que lo disfrutamos.
Los sistemas de ventilación mecánica, permiten una renovación continua del aire de una vivienda o negocio, vaciando de átomos nocivos el ambiente y filtrando el aire del exterior, para introducirlo limpio y a una temperatura media de 18ºC.
Mejorar esa calidad de aire permite, no sólo la eliminación de las moléculas contaminantes, sino la desaparición del moho y la humedad ambiental.
Solicita tu diagnóstico gratuito en el 900 22 10 42. ¡Apuesta por un aire libre de contaminantes!