La humedad en las fachadas

Una de las patologías que más daño hacen a la estructura de los edificios son las humedades. Su aparición debilita los muros de carga y el edificio pierde resistencia. Un grave problema ya que pone en peligro la integridad de los elementos que forman el edificio y la de sus inquilinos.

En muchas ocasiones este tipo de humedad acaba siendo una enfermedad terminal para la estructura del edificio y no hay vuelta atrás. Como venimos diciendo en los post de este blog es de vital importancia, y más en un caso de humedad estructural que afecta a elementos clave de una fachada, ponerse en contacto con profesionales antihumedad a la primera señal de que sufre un problema de humedad.

La humedad que afecta a la fachada puede originarse por humedad por capilaridad o filtración. En el caso de ser humedad por capilaridad, el agua procede de la tierra donde están asentados los pilares del edificio, y asciende por paredes y muros buscando una salida para transpirar. Si atendemos a la humedad por filtración, su origen se debe a una mala impermeabilización de los materiales de construcción, a través de cuyos poros se filtra el agua del terreno, sin necesidad de que el edificio se ubique sobre zonas de tránsito de agua (pantanos, pozos, ríos, etc.). Es lo que se conoce como remonte capilar.

La estación del año será otro de los condicionantes a la hora de enfrentarnos a la humedad. Las estaciones de lluvia, cuando el suelo absorbe mayores cantidades del agua, es la temporada más temida por el repunte en la aparición de manchas y grietas causadas por la humedad. Además del terreno, la fachada es una de las partes del edificio que más sufre los cambios climatológicos. Se trata de la carta de presentación de un edificio, y debido a su aspecto podemos intuir cuál es la salud del inmueble. Si la fachada sufre problemas con la humedad, una de las señales que nos encontraremos son las manchas de salitre o el desprendimiento de pintura que deterioran el aspecto de la construcción.

La fachada no deja de ser el revestimiento de muchos hogares que tarde o temprano pueden ver cómo el problema traspasa del exterior al interior de su vivienda. La aparición de manchas, moho, grietas, goteras o malos olores son algunos de los síntomas de estar sufriendo un problema de humedades.

La solución ideal para que la fachada de nuestro edificio luzca como nueva es ponerse en contacto con una empresa especializada en la erradicación de humedades, que encuentre cuanto antes el origen del problema y le ponga solución de manera definitiva. Una fachada cuidada y con un buen aislamiento ahorrará muchos problemas a la comunidad de vecinos y a las viviendas particulares. Elegir el tratamiento más adecuado, a los mejores profesionales y saber que cuentas con una garantía de hasta 30 años de la mano de Humetek, te dará la tranquilidad que necesitas en el confort de tu hogar. Llama a Humetek y ¡olvídate de la humedad!

 

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